jueves, 19 de enero de 2017

INSUFICIENTEMENTE RECORDADA: HILDA MORLEY




                                
 


 ARROYO EN NEW HAMPSHIRE


 ¡Santo Cielo! helechos en el arroyo     Ofelia
 uno piensa en ella
                              ya que hay 
 espíritus en el agua
                              así como hay
 piedras brillantes
 en la claridad de este arroyo.
                             ¿Cuál Ofelia
 es?
      La luz del sol
 sobre los guijarros
           un temblor de
 sombra      esas pequeñas
 contracorrientes
 las cascadas también     los más profundos 
 lugares
             (uno podría bañarse acá
 hacer de este un arroyo para
 vivir
       no para morir en él)



 (COMIENZO)

 Comienzo a amar la belleza 
 de los viejos más que la belleza de
 los jóvenes - la anciana mujer escudando 
 su rostro del ardiente sol con un abanico
 de encaje negro y el exquisito
 anciano con la barba blanca y el viejo que empuja
 el coche de un hombre joven que está muriendo
 de distrofia y la
 mujer entrada en años que sostiene la mano de un niño
 pequeño con un guardapolvo damasco



  POR SAFO

                               Ni la miel ni
 la abeja, dijo ella,
                               tampoco la miel...
 y yo vago con ella acá en estos peñascos de roca,
 laderas de colinas rocosas como los peñascos de Lesbos,     
                                 si fuese en su nombre, Faon,
 que ella se arrojara en el océano
 púrpura, por falta de su amor, por falta de él, se lanzara
                                                                       [de cabeza
 en el agua oscureciente, yo en tu nombre viviría siempre
 aún en el borde de estos senderos de roca,
 desplumando el seco romero, la adelfa silvestre,
 consciente del súbito abismo y gateando
 ligeramente sobre él.
             Espero no partir nunca del país
 de tu voz.
      Puedo vivir acá sobre los mínimos 
 pastos, los  medio húmedos 
 guijarros, puedo florecer acá
 y crecer más fuerte,
                         como esta
 salamandra que emerge
 al sol por un momento y se hace
 la muerta si pasa un extraño, pareciendo
 escabullirse en busca de refugio entre el
 suelo recién volteado y las simples
 caras de la roca



 (AHÍ ESTÁ EL CAMELLO)

 Ahí está el camello
 cuya cara no había notado 
 antes
      pensando en
 una manera delicada
       sin ninguna
 auto-compasión
          con una real
 paciencia
        Sus pensamientos se refieren a
 el espesor del aire
 a su alrededor     sea en
 sequía o lluvia
          una expansión de
 la luz




 Hilda Morley nació como Hilda Auerbach en Nueva York,
el 19 de setiembre de 1916, de padres rusos, Rachmiel y So-
nia. Fue un raro caso de precocidad literaria -llegó a cartear-
se con Yeats-, ya que salvo Rimbaud y algunas otras excep-
ciones, como dice Steiner muy atinadamente, la precocidad
genial sólo se da en tres disciplinas: el ajedrez, la música y
las matemáticas. Las tres muy relacionadas entre sí.
 Se mudó con su familia a Palestina a los 15 y luego a Lon-
dres, para ingresar a la Universidad (a los 18). Allí se casó:
un matrimonio que no duró mucho. En el año 1940 se tras-
lada a Estados Unidos, por los bombardeos alemanes sobre
Gran Bretaña. Se casa con Eugene Morley, un pintor relati-
vamente conocido y se vincula con Pollock, Kline, etc.
 Años después, viviendo otra vez en Londres, se casa con
el compositor alemán Stefan Wolfe, que poco después dic-
tará clases en la renovadora Universidad Black Mountain, 
situada en Carolina del Norte. Recién a los 60 años de edad
publica su primer libro de poemas. Desde entonces ha obte-
nido un enorme reconocimiento, entre otros de Robert Cre-
eley. Dijo de sí misma: "He escrito poesía desde los 9 años
(un tiempo largo, que)... Mis poemas aparecieron en algu-
nas publicaciones. Me encanta leer en voz alta y hacer ami-
gos (fans) de esa manera. Estuve casada con el ya fallecido
Stefan Wolpe y tal vez he sido influida por él; esto es, para
continuar trabajando a pesar del dolor y salvarse una misma
de este modo".


FUENTE

 New Directions. An International Anthology of Prose& 
Poetry. # 27. New Directions, 1973.

Versiones del inglés: Robert R. Rivas (c)


      

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