sábado, 27 de abril de 2013

POEMAS DE BLAISE CENDRARS







Es bueno recordar de cuando en cuando a grandes poetas
cuya difusión mengua con el paso del tiempo. Blaise Cen-
drars, nacido en Suiza en 1877, pero francés hasta la médu-
la, escribió también algunas novelas y fue un gran viajero.
Uno de sus primeros recorridos fue objeto de su poesía:
"Prosa del Transiberiano y de la pequeña Jeanne de Fran-
cia". Cendrars se enroló muy joven en la Legión Extranje-
ra y luego debió participar de la Primera Guerra Mundial,
sufriendo la desgracia de perder allí su brazo derecho. Por
supuesto que ese hecho lo marcó de por vida, ya que era
tanto su brazo de escritor como su brazo de músico. Sin
embargo, la obra de este magnífico poeta destila amor a
la vida, a las mujeres y al arte.
Va aquí una pequeña muestra de su poesía.

CONTRASTES

Las ventanas de mi poesía están ampliamente abiertas a
      las ramblas y a sus vidrieras
Brillo
Joyas de luz
Escuchen a los violines de las limusinas y a los xilofones
     de los linotipistas
El pintor inepto lava con un trapo de cielo
Todo es salpicados de color
Y los sombreros de las mujeres que pasan son cometas
     en las hogueras del crepúsculo

Unidad
Ya no hay unidad
Todos los relojes muestran ahora la medianoche después
     de haber sido atrasados diez minutos
Ya no hay más tiempo.
Ya no hay más dinero,
En la legislatura
Están echando a perder los maravillosos elementos de la
     la materia elemental

En el bar de la esquina
Los trabajadores en camisas azules beben vino rojo
Cada sábado gallina en la olla
Juegan
Apuestan
De cuando en cuando un bandido pasa en un auto
O un niño juega con el Arco de Triunfo...
Le aconsejo al Sr. Grande que acuartele a sus protegidos
     en la Torre Eiffel

Hoy
Cambio de dueño
El Espíritu Santo está de liquidación en los negocios más
    pequeños
Con creciente deleite leo las tiras de calicó
De caléndula
Sólo las piedras pómez de la Sorbona nunca están florecien-
       do
Los paneles publicitarios de "Samaritan's" roturan el Sena
Y sobre el San Severin
Puedo oir
El sonar excitado del tróley

Están lloviendo lamparitas eléctricas
El metro de la Gare Montrouge del Este Norte-Sur el mundo
de las barcas de turistas
Todo está envuelto en halos
Impenetrable
En la Rue de Buci venden a domicilio L'Intransigent y
     Paris-Sports
El aeropuerto celestial es ahora, en llamas, un cuadro de
    Cimabue
Mientras que en primer plano
Los hombres son
Largos
Oscuros
Tristes
Y fumando, chimeneas de fábrica

                                                            Octubre de l913.


RETRATO

Él está durmiendo
Él está despierto
De repente, él pinta
Toma una iglesia y pinta con una iglesia
Toma una vaca y pinta con una vaca
Con una sardina
Con cabezas, manos, cuchillos
Él pinta con un pene de toro
Él pinta con todas las malas pasiones de una pequeña ciu-
      dad Judía
Con toda la alzada sexualidad de la Rusia provincial
Por Francia
Sin sensualidad
Él pinta con sus muslos
Él tiene ojos en el culo
Y de pronto es tu retrato
Eres tú lector
Soy yo
Es él
Es su novia
Es el almacenero de la esquina
La ordeñadora
La comadrona
Hay baldes de sangre
Los recién nacidos son bañados en ellos
Cielos atormentados
Bocas modernísticas
La Torre espiralando
Manos
Cristo
Él es Cristo
Se pasó la infancia en la Cruz
Él se suicida todos los días
De repente, él ya no está pintando
Él está despierto
Él está dormido ahora
Se está ahorcando con su corbata
Chagall está sorprendido de estar aún con vida


MI DANZA

Platón rehúsa la ciudadanía de los poetas
Judío errante
Don Juan metafísico
Amigos, relaciones
Has olvidado tus costumbres y no has adquirido hábitos
Debes escapar de la tiranía de las revistas
Literatura
Vida empobrecida
Orgullo mal ubicado
Máscara
Mujer, la danza que Nietzsche quería enseñarnos a bailar
Mujer
Pero ¿la ironía?
Siempre yendo y viniendo
Una forma especial de vagabundeo
Todos los hombres, todos los países
Así es como ya no eres una carga
Eres ingrávido

Soy un caballero que está cruzando siempre la misma Eu-
     ropa en fabulosos trenes expreso y que con desesperanza
     mira por la ventanilla
El paisaje ya no me interesa
Pero la danza del paisaje
Danza-paisaje
Ladeedadeeda
Estoy virando en todas las direcciones


SOBRE EL VESTIDO ELLA TIENE UN CUERPO

El cuerpo de una mujer es tan montañoso como mi cráneo
Todo-glorioso
La materia se vuelve ingeniosamente carne
Hacer vestidos es un trabajo tonto
Como la frenología
Mis ojos son pesas que pesan la sensualidad de las mujeres

Todo lo que huye, inunda se mueve hacia las profundidades
Las estrellas vacían los cielos
Los colores se desnudan
"Sobre el vestido ella tiene un cuerpo"

Debajo de sus brazos brezos manos medialunas y pistilos
     mientras las aguas se vacían en su espalda con las cuchi-
     llas de sus glaucos hombros
Su estómago un inquieto disco
El doble casco de sus pechos pasa bajo el puente arcoiris
Estómago
Disco
Sol
Los gritos perpendiculares de los colores caen sobre sus
    muslos
"La espada de Saint Michael"

Hay manos que se extienden
Hay en su tren esa bestia todos los ojos todas las bandas
    todos los habitués del Bullier Dance Hall
Y sobre su cadera
El poeta ha firmado su nombre

                                                                 Febrero de 1914.



EN LAS CINCO ESQUINAS

Atreverse y hacer un estruendo
Todo es color movimiento explosión luz
La vida florece en las ventanas del sol
Que se derrite en mi boca
Yo estoy maduro
Y yo caigo translúcido a la calle

Bromeas, mi viejo

¿Acaso no sé abrir los ojos
Boca de oro
La poesía está en juego.

                                                                 Febrero 1914.



MARC CHAGALL

 El hombre está solo... bastante solo. Al nacer se cayó en
una bañera.
 Está lloviendo esta noche. Está oscuro. Me parece oír en
el silencio pesados pasos en charcos de agua. Es el gigan-
tesco andar de las nubes desplazándose por el cielo. ¿Pero
existe aun un cielo? Toco en todos sus puntos el corazón
pisoteado del Hombre, ese corazón oscuro, pisoteado, mo-
lido por el pesado pasar del sufrimiento y del llanto.
 Está lloviendo sangre.
 ¡Las ruedas de la locura giran en los surcos del cielo y sal-
pican con barro la cara de Dios! Las nubes saltan como en
estupor.
 La luna sigue hinchándose. No, se trata de la cara de Dios.
Una cara lisa, desolada- Una pelada, muy redonda cabeza.
Se pensaría que la boca estaba por hundirse. Dos lágrimas
se aferran a las mejillas.
 Ah, creo que es mi propia cabeza balanceándose, desolada,
en el espacio.
 Una nube se mueve.
 Dos pies de oso se paran sobre mis hombros, y, ahí arriba,
una lengua carnal lame los los ojos de Dios. Ahora sólo
puedo ver mi rostro en las nubes y una lengua de perro sur-
giendo como un dardo caliente, de una nube.
 Algo se mueve. Una sección de la noche cae en ruinas.
¿Eres tú, mujer?
 Lástima.

                                                                                     1912.



Cendrars murió en París, el 21 de enero de 1961.       
Dijo de él Henry Miller: "Él fue una especie de Brahmán
à rebours, como decía de sí mismo, un Brahmán que es el
enviado plenipotenciario del principio activo mismo. Él es
el hombre del sueño que él está soñando, y será eso hasta
que el sueño termine."

BIBLIOGRAFIA
Blaise Cendrars. Selected Writings. New Directions, 1966.

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